El registro de dominios se afianza con el tiempo como una de las operaciones relacionadas a internet más comunes. Es así que millones de personas sin grandes conocimientos adquieren su sitio web personalizado mediante alguna de las entidades registrantes de la ICANN con solo ingresar en un sitio web.

Pero esa cotidianeidad que se generó al registrar un nombre o una marca en internet, poco tiene que ver con las complicaciones que se generan para mantener la seguridad de los dominios. Tal es así, que la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números, ICANN por sus siglas en inglés, toma medidas extremas de seguridad para evitar el fin de internet tal como lo conocemos en la actualidad.

Este organismo, es el encargado de otorgarle a cada página web una dirección de IP asociada al nombre que se le elige, esta acción se traduce en la asignación de DNS (Sistema de Nombre de Dominios).

De acuerdo a cada especie de dominio, existen distintos tipos de jerarquía que se pueden ubicar en un organigrama desde el más importante hasta el más intrascendente. Cabe destacar que la ramificación de sitios parten desde un fichero único que es el Punto (.), encargado de separar la etiqueta de raíz (El nombre del sitio) de la jerárquica (la terminación del dominio).

En ese fichero donde se encuentra el punto, nacen todos los nombres de dominios de nivel superior: .com, .net, .edu, etc. De cada uno de ellos deriban los nombres y si se sigue bajando en el nivel jerárquico aparecen los subdominios.

Explicado todo esto, no es dificil comprender que el fichero desde donde surgen todos los sitios es el más importante y el más custodiado por la ICANN. Para que toda la responsabilidad no caiga en manos de una persona, o un grupo predeterminado que pueda manejar el futuro de internet a su antojo, la entidad diagramó un sistema de seguridad compartida.

El mismo consiste en un código inteligente que se encuentra dividido en 14 partes, cada uno de esos fragmentos se reparten entre distintos especialistas en seguridad, 7 de la costa este de los Estados Unidos y los restantes de la costa oeste.

4 veces al año, estas personas se reunen, 2 veces en cada costa y unifican ese código que genera una nueva clave con la que se puede acceder al registro pincipal de la ICANN para mantenerlo actualizado y limpio de sitios fraudulentos.

En los próximos años, la evolución de internet obligará a la entidad reguladora de los dominios a centralizar aún más sus sistemas, lo que le dará todavía mayor importancia a estas 14 personas de las que depende el futuro de la web.