Los grandes estudios de Hollywood, en conjunto con la industria discográfica, decidieron dar un nuevo paso en su lucha contra la piratería. Para eso, elevaron una carta ante la ICANN exigiendo que se tomen medidas más severas contra los dominios que se dedican al intercambio de material protegido con copyright.

La piratería es uno de los grandes problemas que afrontan las empresas generadoras de contenidos desde sus comienzos. Pero con la llegada de internet, este conflicto se incrementó de manera sustancial, ya que desde cualquier punto del planeta se pueden descargar archivos.

Si bien son múltiples los frentes abiertos por las distintas organizaciones relacionadas al mundo de las películas y la música, los dominios son uno de los blancos más frecuentes. En un principio, se llegó a un acuerdo con los grandes buscadores de internet para que aquellos sitios que ofrecían material de manera ilegal o contenían links de descargas, sean penalizados.

Pero eso no fue suficiente para evitar que la descarga ilegal de archivos siga creciendo por lo que también se comenzó a presionar a la Coorporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números para que se bloqueen los dominios, tal como sucedió, por ejemplo con The Pirate Bay. Esta medida logró disminuir el delito, pero sólo por un tiempo hasta que los afectados creaban un nuevo sitio y comenzaban de nuevo.

Por todos estos antecedentes, la Asociación de Industria Discográfica de Estados Unidos en representación de los músicos norteamericanos y con el apoyo de la Asociación Cinematográfica del mismo país, elevaron una carta ante la ICANN pidiendo que se saquen del mercado ciertos nombres para dominios que podrían favorecer la piratería.

Al mismo tiempo, piden que las entidades registrantes de dominios, comiencen a formar una lista negra de personas o empresas que tienen antecedentes de piratería, para evitar que puedan registrar un dominio fácilmente y que de encontrar un dominio que fomente las descargas ilegales sea dado de baja automáticamente.

Debido al revuelo que generaron estos pedidos, la Fundación Fronteras Electrónicas, EFF por sus siglas en inglés, salió a defender a las empresas encargadas de registrar dominios señalando que no existe ningún tipo de ley que admita este tipo de acciones por parte de entidades privadas. Al mismo tiempo, añadió que los registradores no tienen la obligación de investigar a cada uno de sus clientes y tomar acciones contra sus contenidos sin una orden judicial.

Además, muchas organizaciones a favor de la neutralidad de la red consideran que este tipo de acciones pueden terminar coartando la libertad de expresión en este medio, por lo que consideran inviable los pedidos de la industria del entretenimiento.